Actitud de Lunada

La primera vez que escuché la palabra Lunada era una niña curiosa de cachetes rosados, vivía en una urbanización de casitas pequeñas a tan sólo 2 kilómetros del centro (en Vázquez de Coronado). En aquel entonces Coro no estaba tan urbanizado, no habían aceras bordeando todas y cada una de las calles, la distancia entre barrios era grande y los potreros se encontraban a la vuelta de la esquina! sin embargo, crecer en la montaña fue todo un privilegio: el tiempo pasa mas lento y las mañanas despiertan frescas con el cantar de los gallos entre la bruma y el rocío, a esa edad la vida es más sencilla y llena de maravillas incluso dentro de lo cotidiano.

A pesar de la lejanía entre barrio y barrio, uno sabía en dónde comprar los mejores huevitos de codorniz, cuál era el mejor zapatero, quién hacía los choco-bananos con los bananos más grandes y cuál era la temida competencia (sí! la competencia, y con eso me refiero a la otra señora vendiendo apretados!)… acompañar a papi a la feria del agricultor los domingos era algo más que un simple deber, rapidito se me esfumaba la pereza mañanera al oler culantro fresco y tortillas palmeadas, o el cítrico aroma de las naranjas sobre el resto de las frutas. La gente se conocía, la gente notaba si uno faltaba, así me enseñaron a elegir los mejores tomates y el aguacate en su punto, la piña más dulce y los chiles más jugosos; hoy puedo decir que valieron la pena esas caminadas y las manos magulladas por jalar bolsas llenas de vegetales!

¡ah sí ! Volviendo a la Lunada. Un día -así de repente- los chiquillos del barrio empezaron a hablar de ella; que “me compraron un suéter nuevo para la Lunada”… “compramos Malvaviscos para la Lunada”, que “mi papá va a tocar la guitarra”, que van a hacer chicharrones y churros, que van a hacer papas asadas y enyucados rellenos de queso, que la mamá de uno va a hacer tres leches y la del otro un postre de gelatina, pejibayes por aquí, cerveza para los grandes, carne asada, y ya ni me acuerdo quién iba a poner la música… pero ¡Sí! era una fiesta!  Una fiesta en la noche, bajo la luna llena.

Llegado ese día los vecinos comenzaron a sacar sillas y mesas de sus casas, trajeron estañones partidos a la mitad en donde se encendió una hoguera, se pusieron luces y música, se bailó hasta sudar espaldas, las mesas estaban llenas de platillos y postres, nos atiborraron de comida, toda preparada en casa (Quién iba a contratar un maestro parrillero? Un catering o un chef? Pués solo la gente de plata!) Ese día fueron todos chefs y anfitriones. Fue un fiestón bajo la luna. Jugué escondido toda la noche con mis amigos e incluso guardé marshmallows dentro de mis bolsillos (por aquello de encontrar algún duende por ahí y tener algo que dar a cambio de mi libertad! -así pensaba una niña de 7 años- xD)

Incluso hoy esa palabra me evoca una fiesta de hadas bajo la luna, seres míticos, sátiros y algún drama Shakesperiano con final pintoresco, todo entre sabrosos bocados dignos de dioses, manjares inimaginables… Espero que este Blog motive a mi lector a cocinar así, con el deseo de llevar el mejor entremés a la fiesta, con la pasión de planear el mejor postre para su familia y amigos, queques, postres y platillos memorables, a experimentar conmigo lo que ya muchos profesionales logran en su día a día… a tener siempre una actitud de Lunada!

y bien.. ¿QUÉ PUEDES ENCONTRAR AQUÍ?

Recetas. Mi mayor inspiración vive en la Internet, traduzco cuanta receta me llame la atención, me mantengo actualizada en tendencias y me hago babas viendo postres deliciosos!

El Blog. Es un espacio para exponer mis habilidades pasteleras, para documentar el progreso de un sueño desde sus inicios. Mi objetivo es mostrar que uno puede tener un “trabajo de Lunes a Viernes en horario de Oficina” y a la vez una pasión completamente distinta -Encontrar el equilibrio entre ambas será uno de los retos!- También quiero hablar de errores comunes (novatadas) en éste campo y pequeñas victorias siempre sea posible! dar recomendaciones de técnicas, materiales y demás, todo mientras me sumerjo poco a poco en el mundo de la creación y decoración de queques.

y Finalmente, alguna que otra prosa o pensamiento que surge de mi en momentos llenos de retrospectiva, introspectiva… ¡o ambas! .

¡Tenganme paciencia!