Algunos de estos ingredientes son de temporada, así que importarlos termina encareciéndolos o convirtiéndolos en “muy exclusivos”, tanto que pueden encontrarse solo en distinguidos restaurantes de hoteles opulentos. Como ejemplo puedo pensar rápidamente en oro y plata comestible, trufas, arándanos (blueberries y cranberries), frambuesas (raspberries), gran variedad de flores comestibles, azafrán, vainas de vainilla, macadamia y maracuyá entre otras.
Para una persona normal, conseguir frambuesas silvestres implica irse a caminar por los potreros de altura (Coronado es un buen ejemplo) ¡o bien, conformarse con las frambuesas congeladas del Pricesmart!
También he visto frambuesas en épocas navideñas en el Automercado, pero la cajita de 150g cuesta casi 4 mil colones y naturalmente se van volando. Recientemente compré una bolsa de 340g de cranberries en ¡más de 5 mil colones! y la misma historia se repite con los arándanos, los cuales –por dicha- sí tienen una presencia más recurrente en los supermercados y en la feria del agricultor.
¿Qué hace una simple mortal como yo para conseguir oro comestible? En un país donde algún otro particular lo vende en $120 (10 hojas de 50mm X 50mm), bueno me aprovecho de la benevolencia de algún compa que ande en el extranjero y así compro 25 hojas de la misma calidad por $80. Pero esto no es tan frecuente

Un problema similar ocurre con las cajas para transportar queques, especialmente ahora que se han puesto de moda los queques “altos” y sobrecargados en la cima. Conseguir empaques adecuados para este tipo de queques resulta ser una odisea, especialmente si el pedido es hecho con pocos días de anticipación. Para una persona que está comenzando a aceptar encargos, le recomiendo tener a su disposición distintos tamaños de empaques para queques. Por experiencia puedo decir que no es divertido tener un queque listo para entregar, no tener un empaque apropiado y tener que salir corriendo una caja en donde empacarlo.
Mi intención no es simplemente alegar, mi intención real es dar una pequeña noción del por qué algunos postres, queques y “goodies” tienen un precio elevado y el por qué algunas recetas que llevan ingredientes que no son de temporada, terminan siendo recetas caras. Existe algo indiscutible: la calidad de los ingredientes tiene un impacto directo por sobre el sabor de nuestros platillos, reemplazar sabores naturales con substitutos químicos, o elegir ingredientes baratos viene a ser una opción rentable pero jamás dará el mismo resultado. Los ingredientes son el alma de nuestras creaciones culinarias y nosotros somos lo que comemos, por lo tanto, comamos arte, belleza, trabajo y dedicación.
Dentro de todo me encanta ver negocios emprendedores que aprovechan estas carencias para abrirse campo, para nacer en un mercado tan complicado como el tico, donde los nichos son pequeños y cuesta subsistir de productos no tan populares. Un ejemplo claro lo muestran:
¡Realmente su trabajo es inspirador!
-Mau